sábado, 30 de noviembre de 2013

Un adiós


Por Ricardo José Vega.

Este poema es universal...Todos hemos tenido, alguna vez, una ruptura sentimental.
Las que duelen son las que surgen de la mujer que amamos , y que un día nos sorprende con las 4 palabras sacramentales :    " no te quiero mas ".-
El efecto moral que esta frase produce, varía y depende, de la intensidad de lo que siente el que " sí que quiere mas ".
La primera sensación es de un derrumbamiento moral producido por algun secreto e invisíble terremoto...la segunda sensación es de desamparo al comprender que comienza a morir toda una forma de vida , llena de rutinas y de compromisos.
La tercera sensación,  es la perpleja noción de haberse despertado alguna serpiente interior que desde el corazón nos incita venganza o repudio...
El Tiempo , que es viejo y sabio, llega entonces con su tarrito de barniz ( verniz) , y va pasando sobre la madera herida...
esta se suaviza ...se arredonda ...y llega hasta a tener el brillo de los momentos cruciales en que la Vida nos empujó, como hacen los camellos ciegos , hacia un árido desierto... desde donde deberemos volver a buscar los oásis y los ocultos vergeles rebosantes de verdura y agua.


UN  ADIOS

De todo lo que pasó
me ha quedado
( y de aquel día)

--ese tu aire compungido--
y tu mirada de pena,
.esa mirada de arena
que me abruma todavía.-

Un vago perfume diluído
y el temblor en tu voz
que ya no era mas, mía.

De todo lo que pasó
sigue flotando
en el aire compungido:

un perfume tenue,
una mirada de arena,
y una voz con temblor,
triste y ajena.

Tu figura será desde ahora,
brisa y resplandor ...
una  caricia regalada  por el viento
desde el campo...una flor
de la calle ...un lamento...

Quedarás fraccionada...
hecha de emociones,
de pasados  momentos
que una calle, un paisaje,
una música ... un verso
nos tirará en latigazo
-  el sorpresivo latigazo del recuerdo-
,
Caerán nuevamente
las otoñales ,
repetitivas hojas de la vida vieja
y de a poco
te irás convirtiendo en un abrigo...

te pensaré mas linda
te recordaré, mas buena
y estarás conmigo
cuando encienda el fuego...
cuando la pipa encienda
y en el momento de levantar mi copa
en medio de la cena.

Me acompañarás
como un  dolor...
me abrazarás
como una pena.


sábado, 23 de noviembre de 2013

Dragon key (La llave en el dragón)


Por Gabriel Herbas.


    “Buscar, buscar al dragón y matarlo, después, buscar la llave en su estomago”.
    Este era el pensamiento que inundaba la cabeza de Yurk, el vikingo, caminaba por un campo inmenso, sin árboles, su siempre fiel escudero y hermano menor Yark caminaba junto a él. Yark había perdido su fiel espada de la Iluminación en los Bosques Neblinosos, en una batalla contra los Noarms. Uno de los Noarms más pequeños había aprisionado las piernas del vikingo con sus fuertes patas y lo había hecho caer al suelo rocoso inundado de espesa neblina, al caer, Yark soltó la espada y otro monstruo aprovechó para patearla hacia el precipicio. Ahora, la poderosa espada de la iluminación yacía a kilómetros y kilómetros bajo ellos, no había forma de recuperarla, a menos por supuesto que pudieran domar un dragón, lo que era bastante difícil pues debían cortarle la cola, lo suficiente como para que sintiera el dolor y se docilizara, pero no tanto como para que se desangrara.
    — ¿Te sientes bien Yark?
    Yark caminaba cabizbajo, solo miraba sus botas de piel de dragón rojo.
    — Sólo me siento mal por haber perdido la espada Yurk — se acarició la larga barba pero no levantó la vista.
    — No te preocupes por eso — dijo su hermano — si esta en los planes de la providencia encontrarla de nuevo, así será, de lo contrario no nos hará falta — se acarició la amarillenta barba — nos hemos acostumbrado a cosas peores ¿no crees?
    — Sí… — dijo Yark pensativo — ¿recuerdas cuando perdimos a Kalyuk?
    — Ahh… — exclamó Yurk — Kalyuk fue el mejor caballo alado que jamás tuve, a veces sueño con él, sobrevolando toda la ciudad de Nayet, custodiándola… después despierto — su mirada estaba perdida en los recuerdos —  y por supuesto no está… Qalü me contó una vez que los sueños nos los da la providencia a veces para prevenirnos de algo — Yark asentía — a veces un sueño nos muestra algo que anhelamos pero que ya no está… creo que tiene razón.
    — Qalü está loco — dijo Yark sonriendo — una vez hizo unas pócimas de inmunidad que casi matan a media docena de compañeros de la práctica de tiro de arco y flecha…
    — Quizá sólo se equivocó… ya está bastante viejo.
    — Me aterra ver su ojo blanco cuando hablo con él — continuó Yark — le da un toque de demente…
    Yurk rio, siguieron caminando en silencio.

***

     Jordan estaba sentado en el sofá de tres puestos en medio de la sala, su corpulencia ocupaba casi dos tercios del mueble. Siempre había sido lo que su madre llamaba “un niño grande”, “un niño elefante” decían sus compañeros de colegio, sonreía cuando lo llamaban así, pero en el fondo lloraba, les hablaba a todos sus compañeros sin excepción pero en el fondo los odiaba, sobre todo a ese imbécil del Jonathan Vélez, lo odiaba aún más cuando tenían las prácticas obligatorias de Fútbol y el maldito se quitaba la camiseta y corría por ahí con sus abdominales perfectos, atrayendo las miradas de las chicas de todo el colegio. Solo habían 10 varones en su salón de clase y el maestro de educación física los hacía jugar unos contra otros, cuando el profesor veía a Jordan le decía:
    — Jordan, si te da un paro cardiaco en medio del partido, que no me culpen a mí, yo no apruebo que tú juegues futbol.
    Jordan lo miraba con rabia y le respondía lo mismo cada vez:
    — No se preocupe maestro, voy a ser el arquero — Siempre era el arquero y siempre le hacían los goles tirando el balón al nivel del suelo.
    Pero los estúpidos compañeros de colegio no importaban en este momento, y tendrían menos importancia en cuatro meses, cuando terminaran el año escolar y se graduaran. Al fin descansaría de todos esos idiotas, quizá los viera de vez en cuando en la universidad, pero solo sería un saludo y adiós, hasta luego, tengo previos, quiz o lo que fuera que hicieran en las universidades. Solo extrañaría a una persona de su vida escolar, Jessica Contreras. Ella era lo más rico que él había visto jamás, y aunque veía mucha pornografía, no había visto nunca nada como Jessica, tenía el cabello largo y negro azabache que contrastaba con su piel blanca y sus ojos azul claro, un trasero hermoso y firme y unos enormes senos operados como regalo que su decimosexto cumpleaños. Jordan había escuchado muchos rumores sobre Jessica, unos absurdos y otros ridículos, una vez escuchó que se iba a graduar pero sólo porque había follado con el rector, o porque lo hacía seguido o algo así, los rumores inventados siempre cambian. También escucho que Jessica iba por las noches al colegio y se follaba al vigilante, a Jordan le pareció particularmente estúpido este último, ya que el vigilante era un viejo de 70 años o más y aunque Jessica estuviera dispuesta a hacer algo con él, seguro el viejo era impotente.
    Respecto a Jessica los rumores siempre eran sexuales, quizá porque ese era el sentimiento que despertaba en los hombres, dos meses atrás habían ido a piscina por cuenta del colegio, Jordan estaba reacio a ir, hasta que escuchó el rumor (esta vez de una fuente confiable) de que Jessica llevaría una tanga brasileña. Se embarco con sus compañeros de clase y tres profesores a una tarde de piscina en un club privado. El rumor resultó ser cierto y los hombres disfrutaron de una Jessica Contreras semidesnuda nadando en la piscina y tomando el sol boca arriba y boca abajo. Jordan estudió durante unos minutos su bonito trasero y sus grandes senos plásticos y después se dirigió a uno de los baños, una vez allí, se masturbó.
    Apostaba lo que fuera a que no fue el único en hacerlo aquella tarde.
    Sentado en el gran sillón, en la comodidad de su sala, este recuerdo lo azotó, algo empezó a crecer dentro de sus bóxers sueltos (que era lo único que llevaba puesto) y empezó a pedir que lo liberaran.
    — Con gusto lo haría amigo — dijo Jordan sin despegar los ojos de la pantalla — si esto no fuera un GAMEGURD* 3D.
    Llevaba 6 horas “probando” el GameGurd, un increíble videojuego que aún no salía a la venta, su padre se lo había traído de Japón, se lo compró a un tipo que lo había robado de las instalaciones de Gameland, una mega fábrica de videojuegos japonesa. Según el ladrón, sólo existían 3 de estas consolas en el mundo, también le obsequió “Dragon key”, uno de los 4 videojuegos diseñados exclusivamente para esta consola.
    Jordan miró la protuberancia que ahora sobresalía de sus bóxers y dijo:
    — Déjame encontrar el dragón y te atiendo ¿ok?
    Jordan siguió embelesado con el juego, las gráficas eran increíbles, el realismo era latente en cada pixel.

***


    — ¿Aún te quedan bombas camaleón? — preguntó Yark tras unos minutos de caminata en silencio.
    Le debían la vida a las bombas camaleón, estas no habían sido fabricadas por Qalü sino por un aprendiz de mago a las afueras de Nayet, el viejo mago estaba capturado con los demás, en la fortaleza dorada de Proklo. Habían utilizado las bombas camaleón para “desaparecer” breves segundos de la vista de los Noarms y así escapar por un atajo de los bosques neblinosos.
    Yurk y su hermano tenían una ventaja sobre los Noarms, tenían brazos y armas, aunque por otro lado los monstruosos engendros sin brazos les superaban en número y sus piernas con garras en los dedos eran muy fuertes. Los Noarms eran seres exclusivos de los bosques neblinosos, su piel era débil y si permanecían a la luz del sol mucho tiempo se les empezaba a caer a pedazos, también, eran casi ciegos a la luz del sol.
     — Déjame revisar — dijo Yurk, abrió la bolsa de cuero que llevaba a las espaldas (la bolsa estaba confeccionada con piel del dragón mas extraño jamás conocido, el dragón celeste oficial de Nayet, la capacidad especial de este dragón era que no escupía fuego por la boca sino un aire congelante, Yurk le había cortado parte de la cola y el rey Krenety le había obsequiado el trozo. Ahora ambos, dragón celeste y rey, estaban secuestrados en la fortaleza dorada — Tenemos tres bombas camaleón — dijo Yurk —, debemos utilizarlas con sabiduría, sabiduría y cuidado.

    Llevaban un buen tiempo caminando y ahora una colina se alzaba ante ellos, era de un verde prado, al igual que todo el camino desde los bosques neblinosos.
    — Dame agua Yurk, me siento muy cansado — Yark dio media vuelta y se sentó en el prado, apoyo su espalda en el ángulo que formaba la colina —. ¡Por los dioses Yurk! — Yurk se había detenido y bebía agua de la cantimplora de plata que centelleaba con los rayos del sol, la cual era otro obsequio del rey krenety — ¿Qué es eso?
    — ¿Qué es qué? — pregunto Yurk siguiendo la mirada de su hermano.
    — ¡Dame agua ser envidioso! — dijo Yark, se levantó y arrebató la cantimplora de las manos de Yurk.
    — ¿Qué es qué Yark? — preguntó de nuevo Yurk.
    Yark bebió con ganas y entre resoplidos ruidosos, estaba asustado.
    — Esa oscuridad… ¿Qué es?
    — ¿Oscuridad?, la oscuridad llegará en unas horas pero aún no,  yo veo el horizonte perfectamente bien Yark, el paisaje es hermoso desde aquí.
    De hecho lo era, una amplia meseta verde se deslizaba hasta los grises tonos de los bosques neblinosos, mas allá, el monte Nayet, a las faldas de éste, el reino de Nayet y aún más allá, donde los dragones temen volar, las misteriosas y temidas Montañas Azules, un trío de montañas de similar tamaño en ese momento, aunque a veces sus tamaños y texturas parecían cambiar, parecían combarse y engañar el ojo humano.
    Sí, el paisaje era hermoso, pero sólo a los ojos del hermano mayor. Yark, el más joven, miraba hacia la distancia con terror, tenía los ojos muy abiertos y la boca abierta a medias.
    — ¿Qué hay mas allá de los bosques neblinosos? — pregunto Yark.
    — ¿Qué clase de preguntas son esas Yark?, tu sabes perfectamente lo que hay… el monte Nayet y mas allá las Montañas Azules…
    — Te lo pregunto por qué no puedo ver nada mas allá de los bosques neblinosos Yurk… sé lo que hay mas allá… pero no logro verlo — recalco la última palabra — oh por los dioses, estoy hechizado, tengo un hechizo de ceguera, ¡veré las cosas a medias…!
    — Por supuesto que no Yark, estas bien, quizá solo es un problema temporal, ¿Qué ves entonces? — preguntó el hermano mayor tratando de disimular su preocupación, el malvado Proklo era un ser poderoso y le preocupaba lo que fuera capaz de hacer.
    —Es… es como si en medio de los bosques neblinosos… —dijo Yark pensativo —hubiesen puesto un gran telón, una cortina color negro que me evitara ver mas allá.
    Yurk pensó un momento y luego exclamó:
    — Vámonos Yark, estamos perdiendo de vista nuestra misión, aún nos faltan tres llaves para poder abrir la fortaleza dorada de Proklo, y una vez ahí dentro, no sabemos qué peligros nos esperan… no perdamos tiempo y energía en algo así.
    Yark meditó un momento la opinión de su hermano y decidió que tenía razón, Yurk siempre encontraba la razón en los momentos más críticos.
    — Muy bien, andando.
   
    Subieron la colina, paso a paso, sin prisa, en calma pero con constancia. Al llegar a la cima pudieron divisar una nueva sorpresa.

***


    — ¡Ahí esta! — Gritó Jordan — ¡ahí está el maldito! — rio un momento y al serenarse dirigió la mirada a su entrepierna, lo que se había despertado hacía un momento dormía de nuevo. Con esta excusa, Jordan prosiguió el juego, había encontrado el dragón, ahora empezaba lo bueno, sería un reto para él y para el juego, para él, lograr matar al dragón; para el juego, sorprenderlo de nuevo con sus gráficas y efectos en 3D.

***



    Ambos vieron la cueva, era poco más que una roca hueca, grande y majestuosa. El dragón en su interior debía medir al menos unos 60 metros de punta a punta, sólo la cola debía medir unos 5 metros, si lograban cortar al menos una cuarta parte de esa extremidad, podrían atontarlo lo suficiente como para abrirle el estomago y buscar la llave.
    Sigilosos, bajaron la colina, no querían hacer más ruido que el estrictamente necesario.
    — Fíjate en eso — dijo Yurk, estaban a unos 20 metros de la boca de la cueva —, sobre la entrada.
    — Dos cabezas… — dijo Yark, un grabado en bajo relieve mostraba como sería la bestia contra la que deberían enfrentarse, así había sido en las ultimas 4 cuevas, todos los grabados habían acertado. Esta vez sería un dragón de dos cabezas — dos cabezas es doble problema Yurk, debemos tener un plan, sólo tenemos una espada, dos escudos, unas cuantas bombas ruidosas…
    — También hay una bomba de ceguera — le interrumpió Yurk — y tres bombas camaleón.
    — ¡Son dos cabezas! — Casi gritó Yark — necesitaremos al menos dos bombas de ceguera…
    — GRRRRRUAAARRRR… — el eco de la caverna hizo que el rugido se oyera aún mas terrorífico, dándole cierta similitud a un trueno provocado por un dios colérico.
    — Shhhh — dijo Yurk susurrando — también tenemos un… — lo que iba a decir era “un cuerno de unicornio”, el cual reproducía un sonido imperceptible para el oído humano que en cambio martillaba los oídos dragonianos. Eso era lo que Yurk quería decir antes de que una inmensa nariz se asomara por la caverna y lanzara un resoplido que casi los hizo vomitar por el nauseabundo hedor que emitió. Segundos después una cabeza alargada, escamosa y dura se asomó y un momento después otra cabeza de igual tamaño y características le hizo compañía.
    Todo pasó muy rápido, los hermanos vikingos apenas si pudieron ponerse en guardia, Yurk desenvainó su espada, la espada de fuego, forjada en conjunto por los herreros y hechiceros mas experimentados de Nayet, su característica, una hoja increíblemente afilada que estaba constantemente caliente al tacto. Yurk había entrenado con ella desde hacía mucho tiempo, cortaba gruesos y nudosos arboles como si de tallos de rosas silvestres se tratara.
    Primero las cabezas, después los cuellos, el gran dragón salía despacio, al parecer no había visto a los vikingos, éstos a su vez daban pasos hacia atrás manteniendo la distancia entre ellos y el dragón. En cuanto estuvo fuera, el gran dragón de dos cabezas estiró sus cuellos y lanzó al cielo dos bocanadas de fuego, primero por una boca y después por la otra.
    — Prepárate Yark, vamos a hacer esto rápido, debemos aprovechar su ensoñamiento.
    Yark asentía, cuando se percató de que Yurk le había lanzado algo.
    — ¿Qué…? — Sólo pudo decir, cuando su hermano le lanzo la espada de fuego — ¡aay! — por error, tocó el canto de la fina hoja de acero y se quemó a pesar de los guantes de cuero.
    — Tú, a la cola, de inmediato — dijo Yurk mientras buscaba algo en su bolsa de cuero — yo voy al estómago — sacó la ultima bomba de ceguera y la sostuvo en su mano, después se inclinó sacando una daga del compartimiento secreto de su bota izquierda.
    — Espero la señal — dijo Yark, sabía que su hermano utilizaría primero el cuerno del unicornio para atontar al dragón.
    Yurk sacó el cuerno y lo dirigió a su boca, las gargantas del dragón seguían lanzando llamaradas de fuego naranja, pero al escuchar el agudísimo sonido producido por el cuerno, empezó a gemir, molesto.
    Yark corrió hacia la cola del dragón. Por su parte, Yurk, daga en mano, lanzo un grito de guerra dirigiéndose hacia el abdomen del escamoso ser. Las triangulares cabezas del dragón se balanceaban de un lado a otro aun aturdidas por el molesto ruido.
    Yurk llegó al abdomen y clavó el cuchillo en él, Yark llegó a la cola que se meneaba  movimientos frenéticos, lanzó un espadazo y falló. El dragón lanzó un zarpazo a su estómago, golpeando a Yurk y haciéndolo volar cinco metros sobre el verde prado, cayó boca arriba y una de las cabezas del dragón se inclinó hacia él, Yurk preparó la bomba de ceguera y cuando la nariz del monstruo casi lo había tocado la lanzó hacia sus amarillentos ojos.
    La otra cabeza buscaba el calor que podía sentir, el calor que emitía la espada de fuego, se preparaba para lanzar una bocanada de fuego contra el hermano menor cuando la otra cabeza recibió la bomba de ceguera. Al recibir la bomba, la cabeza del dragón y todo su cuerpo se inclinaron hacia arriba, empujando también a su gemela. Emitió un rugido ensordecedor dirigido al cielo sin nubes que sonaba como una lluvia de rocas gigantes.
    — ¡Ahora! —gritó Yurk desde el suelo, Yark asintió y embistió la espada contra la cola del dragón con todas sus fuerzas. Como si de la cola de un lagarto se tratase y con la velocidad de un parpadeo, los últimos cuatro metros de la cola del dragón se despegaron del cuerpo, una sangre púrpura y hedionda brotó de ambas partes.
    El grito del dragón se ahogó al sentir el filo de la mítica espada y se tambaleó un poco mientras su rugido de odio se transformaba en un gemido de dolor puro.
    Yark corrió hacia su hermano, un poco de sangre resbalaba por la hoja de la espada.
    — ¡Tú turno! — le dijo al dársela. Era la tradición que el hermano mayor cortara la panza de los dragones.
    Yurk se levantó – hizo una mueca de dolor al hacerlo – y con un nuevo grito de guerra se dirigió al estomago del enfurecido dragón.
    A pesar de las gruesas escamas del animal, su abdomen se abrió de un tajo. Un momento después, el gigante de dos cabezas se desplomó, sus días de lanzar llamaradas habían terminado.
    Dentro, los vikingos encontraron una grata sorpresa.

***



    Jordan oprimió del botón de “Pause” y muy a su pesar soltó el control remoto sin cables del GAMEGURD. Amaba la sensación de tener un control de videojuego en las manos, otras personas se sujetaban a ellos con furia, con la desconfianza provocada por la inexperiencia, él no, él lo tomaba suavemente, acariciaba el control remoto en medio del juego, si algo salía mal, no lo culpaba, no era su culpa, si algo salía mal sólo debía practicar mas, jugar más, obtener más experiencia. El mando inalámbrico del GAMEGURD hacía las cosas más fáciles, estaba diseñado de una manera casi perfecta, de forma que se hacia uno con sus manos.
    El GAMEGURD era de lejos, la mejor consola de videojuegos que había tenido en sus manos, y había tenido muchas, su afición había empezado a los 5 años cuando por casualidad un primo había ido a quedarse a su casa, había llevado un Play Station de  primera generación y se la pasó jugando FIFA 98` todo el fin de semana, para el domingo en la tarde el pequeño Jordan ya sabía las funciones de cada uno de los 12 botones y también se desempeñaba bien con las palancas Análogas.

    Había llegado a un punto crítico del juego, debía recuperar energías. Dejó el control  en el lado del mueble que no era ocupado por su corpulencia y se levantó, al hacerlo percibió un olor extraño y hediondo que provenía del mueble, era el olor provocado por su propio cuerpo al permanecer tanto tiempo sentado en el mismo sitio. No le extrañó, ya lo había percibido antes, tampoco le molestaba mucho, era algo cotidiano.
    El reloj de pared de la sala, marcaba las 11:37 am, en una hora o menos, sus padres llegarían a almorzar y se suponía que él debía tener lista la comida. Cruzó la sala y se adentro en el diminuto baño que había en un extremo junto a las escaleras.
    “¿Quien pone un baño en una sala?”, se preguntó a sí mismo “¿qué clase de loco arquitecto hace algo como eso?”.
    Al entrar en el baño — y dejar la puerta abierta por supuesto, estaba solo ¿Qué necesidad habría de cerrarla? — Jordan se percató de que si engordaba un poco más, no pasaría por el espacio entre la pared del baño y el lavamanos en la entrada, pero igual no le importaba, había dos baños más de tamaño normal en el segundo piso, solo había entrado en este porque no quería subir escaleras. Se bajó los bóxers y se acomodó como pudo en el inodoro, le molestaba no verse el pene así que lanzó una mano hacia él para sentirlo, al percatarse de que estaba en su mano, de que no había desaparecido entre los pliegues de grasa, se dispuso a relajar sus intestinos. Cuando hubo terminado, sintió hambre y tuvo una idea para el almuerzo.
    Veinte minutos más tarde alguien afuera pulsó el timbre, Jordan estaba en la mesa comedor de la sala revisando algunas cosas en su portátil, buscaba información sobre el GAMEGURD, pero no encontró absolutamente nada, se sentía decepcionado y al mismo tiempo excitado, tenía en su poder algo único, de unas características increíbles, estaba pensando en hacer una reseña del GAMEGURD y del juego Dragon Key en su antiguo blog cuando llegó el tipo de la pizza.
    Tomó el dinero, que tenía listo junto a él y se dirigió lentamente hacia la puerta, recibió las pizzas sin mediar palabra con el repartidor y se sentó de nuevo frente a la pantalla del portátil.
    El juego seguía en pausa y así permanecería hasta que sus padres llegaran, almorzaran y se fueran de nuevo. Le faltaba muy poco para llegar a la parte decisiva del juego y debía hacerlo sin interrupciones.
    Apagó la computadora portátil y se sentó de nuevo en el sofá, con el control remoto del televisor pasó de la opción “video” a la opción “TV”, sintonizó uno de sus programas favoritos, MAN VS FOOD. Normalmente sentía envidia por Adam, el conductor del programa, tantas comidas, tantos sabores, tantos lugares, pero ahora, con una pizza mediana en su regazo (la pizza grande seria para el almuerzo) se sentía como él, tanto que al terminarla dijo:
    — Hoy, en la casa de Jordan Estévez… ¡el hombre ganó!
    Sus padres llegaron, almorzaron, hicieron uno que otro comentario sobre la comida y se fueron tal como hacían de lunes a sábado, los domingos era el único día que tenían para pasar tiempo juntos, pero de igual manera, hacia mucho que no lo hacían. Los domingos Jordan los dedicaba a jugar videojuegos, estar en Facebook y mucho mas tarde en la noche hacer parte de sus deberes escolares. Su padre era un periodista que gozaba de cierta fama local, él dedicaba el domingo a leer el periódico y escribir algunas reseñas, también veía los partidos de futbol televisados de la liga nacional. Su madre dedicaba el domingo a ciertos quehaceres hogareños y también gozaba de las mieles que le ofrecía el Facebook, según ella, por medio de la red social se había reencontrado con sus amigos de la infancia, un día se fue de la lengua y le contó a Jordan que se había encontrado a un ex novio.
    Cada miembro de su familia había tomado caminos diferentes, cada vez eran menos frecuentes las charlas entre los tres.

    — Adiós Jordan — dijo su madre al irse — pórtate bien — miró el reloj que marcaba las 2:01 pm, se le hacía tarde.
    — Sí mamá… siempre lo hago.
    — No te pegues mucho a ese aparato, haz tus deberes — toda su vida, esa fue la forma en que le dio órdenes a Jordan, casi le pedía el favor de que hiciera las cosas que debía hacer por obligación.
    — No mamá — dijo Jordan dirigiéndose al gran sillón frente al televisor de 48 pulgadas — sí, mamá… — dijo al cabo de un momento. En cuanto su mama cerró la puerta que daba a la calle, Jordan pulsó de nuevo el botón de “pausa” para reanudar el juego.

***


    Eran dos las llaves que encontraron en el estomago del dragón de dos cabezas, eso significaba que solo faltaba una para completar las 7 llaves necesarias para abrir la fortaleza dorada de Proklo. Una vez allí, no sabían contra que se enfrentarían.
    Proklo fue el anterior rey de Nayet, cuando se descubrió que los asesinatos perpetrados a 5 jornaleros habían sido planeados por él, ó por sus ordenes, todo el pueblo se rebeló pidiendo su retiro y la entrega inmediata del trono. Se contaba que Proklo se había exiliado, andando como una enfermedad viajera por diferentes reinos, cada uno más corrupto que el anterior, había aprendido diferentes artimañas de engaño y persuasión de personas y se había puesto a la cabeza de todos los exiliados del Reino Arcaico. Ahora, gobernaba a sus anchas y a su manera la fortaleza dorada, la cual era casi un mundo aparte, un mundo desconocido y temido que según decían había sido construida con ayuda de los TAGINODS, los Anti-dioses enemigos de todo lo bueno y todo lo moralmente aceptado.
    También unidos a Proklo, estaban los alquimistas más audaces y sin escrúpulos de todo el Reino Arcaico, eran ellos quienes se atrevían crear pócimas anti-naturales nunca antes vistas y mucho menos probadas, las cuales tenían como único objetivo la corrupción de la sociedad conocida.  Fue gracias a estos forajidos magos y a sus clandestinos conjuros que “La Sombra” (como lo llamaban algunos) Proklo, logró perpetrar el secuestro de gran parte de la población de Nayet, entre ellos el rey Krenety, la reina Maguna, el dragón celeste y todo el ejército del reino, llevándolos y encarcelándolos en la fortaleza dorada. Podrían pasar décadas sin que el malvado Proklo tuviese la necesidad de abrir los gigantescos portones del palacio, la única forma de entrar por tanto, era conseguir las 7 llaves introducidas por Proklo a sus 6 dragones, protectores de su reino.
   
    Estaban más cerca, casi podían ver los reflejos dorados de la fortaleza en sus ojos, casi podían escuchar los rugidos del dragón celeste. Sólo una llave más y podrían penetrar la gran fortaleza, su único punto a favor, como bien lo había dicho Yurk, sería el factor sorpresa.
    Un aire de esperanza se apoderó de ellos cuando encontraron las dos llaves.
    — Es una señal de la inteligencia superior —dijo Yark —, una señal de la Providencia. — su entusiasmo iba en aumento, sólo faltaba un dragón, después, descansarían, y después la fortaleza dorada, pasara lo que pasara serian héroes, su hazaña sería recordada por siglos.
    Tomaron las dos grandes llaves, estaban cubiertas de una viscosidad púrpura maloliente, debían limpiarlas y después asegurarlas con las demás en el cinturón de Yurk.
    rodearon la gran roca ahuecada que sirvió de cueva al dragón de dos cabezas y detrás de ella encontraron un delgado río que corría de derecha a izquierda, el agua cristalina del río dibujaba una división hasta donde llegaba la vista, parecía una línea hecha por los Dioses Creadores para partir en dos el mundo conocido. Lavaron las llaves en el río y después las aseguraron junto a las otras cuatro que colgaban del cinturón de cuero de Yurk. Estas llaves al igual que las otras eran de oro, y en su parte superior tenían labrada la forma de un dragón, cada labrado era diferente en cada llave.
   
    — Oye Yurk — dijo el menor, se acariciaba la barba en un gesto de inseguridad — en vista de la gran responsabilidad que nos espera, y de lo cerca que estamos de llegar a la fortaleza ¿Por qué no nos refrescamos un rato en este río?... así recargamos energías y estaremos en un mejor punto para la lucha con el ultimo dragón.
    Yurk sonrió.
    — Bien pensado Yark.
    Con calma se deshicieron de su indumentaria, dejando todo a la orilla del rio, sobre una roca para mantenerlo vigilado, se metieron al agua, estaba fría y cristalina, lavaron sus cuerpos y cabellos y se relajaron un momento olvidando al último dragón.

***


    Jordan vio que algo andaba mal, aunque oprimía con fuerza los botones del control, los personajes vikingos del videojuego no le “obedecían”, se estaban dando un baño en un delgado río que dividía la tierra.
    — ¡Fuera! — Gritó Jordan — ¡fuera de ahí maricones!, ¡todavía falta un dragón y una llave!
    Por suerte el control remoto era inalámbrico, pues a diferencia de hace un momento, Jordan empezó a moverlo de arriba abajo y de un lado a otro con furia, este no era el momento de tomar un baño ¡por dios!, ni siquiera él había tomado un baño desde ayer viernes cuando había ido al colegio… y eso fue a las 6 de la mañana.
    — ¡Ya basta cabrones! — gritó de nuevo.
    La señora Amparo Bermúdez quien vivía tres casas más abajo, pasaba frente a la casa de Jordan con su perro Rocky, un fresh puddle color gris que era su consentido desde que había muerto su esposo. Al escuchar los gritos provenientes de la casa Amparo pensó: “este chico, además de obeso parece tener problemas sicológicos diferenciando lo que es real y lo que es un juego”. La mayoría de vecinos conocían la afición (adicción) de Jordan por los videojuegos, también sabían de la poca autoridad que sus padres ejercían sobre él.
    “A este chico le hizo falta autoridad le faltaron limites”, pensó amparo y después dijo a su consentido:
    — Vamos Rocky, vamos al parque.
    Dentro de la casa, Jordan seguía tratando de evitar el momento de recreación de los vikingos.
    — ¡Fuera!, ¡fuera maric…! — dejó la frase a medias, entrecerró los ojos sintiéndose tonto por no haberlo pensado antes y se levantó del sillón con la misma habilidad de un perezoso que camina por un árbol. ¡Las baterías!, de seguro las malditas baterías del control se habían agotado. — disfruten del baño señoritas — dijo al levantarse —, disfrútenlo, yo ya vuelvo — se dirigió a su habitación en el segundo piso para buscar nuevas baterías, siempre tenía un par de repuesto para emergencias como esta.

***


Cuando se sintieron frescos y lo suficientemente listos para seguir adelante, tomaron su ropa y las llaves y las llevaron al otro lado del río. Salieron del río, se vistieron y se prepararon para seguir.
    — Por los dioses… — dijo Yurk —… ¿qué es eso? — miraba al cielo, detrás del camino que acababan de recorrer.
    — ¿Qué es qué? — preguntó esta vez Yark siguiendo la mirada de su hermano, pero sin lograr divisar nada anormal, solo el cielo, unas cuantas nubes, una que otra ave y mas allá nada, la cortina negra seguía puesta pero se había movido, ahora no podía ver los bosques neblinosos, parecía que la cortina de oscuridad hubiera avanzado con ellos. Yark quedó mudó por la impresión.
    — Eso… — dijo Yurk, levantando su brazo ahora para señalar con un dedo — es… como un gran espejo… flotando en el aire… pero no se mueve.
    Lo que había flotando en el cielo, era una placa de un metro y medio de ancha y mas de medio metro de alta, un rectángulo que quedaba (al menos para Yurk, quien era el único que la veía) completamente fuera de sitio en el hermoso paisaje que podía divisar.
    — No puedo ver nada Yurk — dijo su hermano menor, sonaba asustado de nuevo — ¿Dónde está?
    — ¡Ahí! — Dijo Yurk moviendo el brazo — se ve claramente, parece un espejo…
    — Yurk… ¿tú ves los bosques neblinosos?, ¿puedes verlos?
    Yurk desvió su mirada al horizonte.
    — Por su puesto — dijo — están ahí, ¿Dónde deberían estar si no ahí?
    — Pues yo no los puedo ver — dijo Yark claramente preocupado.
    — ¿QUE?, ¿no los puedes ver?
    — No, sigo viendo sólo oscuridad, hace un momento podía verlos, pero ahora no… es como si esa “cortina negra” avanzara de la misma forma que lo hacemos nosotros.
    — Muy bien — dijo Yurk dirigiendo de nuevo la mirada al rectángulo que flotaba en el cielo — tú ves la extraña cortina de oscuridad y yo no, así mismo, yo veo el extraño objeto que flota en el cielo pero tu no. — Reflexionó un momento — creo que estamos a mano. Tú me crees y yo te creo.

***


    — ¿Que miran? — Dijo Jordan indignado — ¡avancen, avancen! — había cambiado las baterías pero parecía que los vikingos seguían actuando como se les daba la gana, ahora se veía claramente que miraban en dirección a Jordan, como si supieran que él estaba ahí. Era un poco terrorífico. Cuando los vikingos siguieron avanzando y Jordan se sintió un poco mejor, sólo le preocupaba un poco que se le habían agotado las bombas de ceguera, no le quedaba ni una.


***



    — Debe ser una trampa — dijo Yurk mientras seguían su camino en la búsqueda del ultimo dragón — esto debe ser obra de Proklo, no hay duda, ¿Qué opinas tu Yark?
    — ¿Sabes que creo? — Dijo pensativo— creo que por medio de ese objeto que tú ves flotando Proklo puede vigilarnos — Yurk levantó una ceja al escuchar esto, no se le había ocurrido esa posibilidad — sí — continuo el hermano menor— quizá como la lente de un catalejo flotante… pero… más especializado. ¿Qué opinas?
    — Creo que suena razonable, pero… si es así… que la providencia se compadezca de nosotros, ya que estarán pisando nuestras botas todo el tiempo y sabrán cuando lleguemos a la fortaleza dorada… no tendremos el factor sorpresa.
    Yark asintió. Siguieron caminando en busca de la cueva del último dragón, de vez en cuando miraban por encima del hombro. Yark veía como avanzaba la cortina de oscuridad y Yurk veía como avanzaba el extraño rectángulo resplandeciente.

    Al cabo de un momento pudieron divisar la cueva del último dragón, era más pequeña que la anterior y en el grabado superior no avistaron nada anormal, se veía en él un dragón delgado, más delgado que los anteriores y con unas alas enormes, casi tan grandes como su cuerpo, “este dragón será mas ágil”, pensó Yurk.
    — Muy bien Yark, tengo un plan —dijo en un susurro—, toma la espada de fuego y ve a un lado de la entrada de la cueva, hazlo sigilosamente — seguía susurrando. Yark escuchaba y asentía, confiaba en su hermano a ojo cerrado — en cuanto salga el dragón, le vuelas la cola ¿entendido?
    — Entendido Yurk —. Tomó la espada y se encaminó a un lado de la cueva, caminando en las puntas de sus botas grises.
    Cuando estuvo frente a la cueva a una distancia razonable, Yurk tomó el cuerno del unicornio de su cinturón y lo llevó a su boca, miró a Yark y asintió, cuando Yark asintió, lo que significaba que estaba listo, hizo sonar el cuerno. Por un momento no pasó nada, no escucharon ningún ruido proveniente del interior de la cueva. Yurk sopló de nuevo el cuerno del unicornio, mas prolongadamente esta vez y de la cueva salió un rugido de disgusto.
    — GRRRRUAAAAARRRR…
    El dragón salió deprisa, tomando por sorpresa a los hermanos. Yurk corrió hacia atrás y lanzó delante de sí mismo una bomba camaleón, desapareciendo a los ojos del dragón. Cuando la casi totalidad de su cola había visto la luz, Yark lanzo el espadazo, cortando de forma perfecta un trozo de cola que salió volando y haciendo que el dragón lanzara otro rugido, de sorpresa y de furia al mismo tiempo.

***



    — ¡Sííí! — gritó Jordan, lo había logrado, y sólo llevaba 7 horas jugando. Su padre había llegado de Japón con el juego 4 días antes pero solo se lo dio a Jordan el sábado, pues no debía ir al colegio.
    — Esto es por tu cumpleaños hijo — le había dicho su padre ese mismo día, muy temprano antes de ir al trabajo — se que faltan dos semanas todavía, pero también se cuánto te gustan los juegos de video.
    — Gracias papá… — le había dicho Jordan no muy sorprendido, “¿GAMEGURD”, que carajo es eso?”, pensó Jordan al ver la caja — ¿de qué empresa es papá?, ¿Sony?, ¿Microsoft? — y después abriendo mucho los ojos: — ¿Apple?
    — No lo sé Jordan, el tipo que me lo vendió dijo que no encontraría nada como esto en el mercado… ¡pruébalo! Y en la noche me dices que tal estuvo
    — OK… — “y una vez más…” pensó Jordan, “estafaron a papá”.
    Al final resultó que no lo habían estafado, el juego enganchaba y la película de la introducción era genial, casi se podía sentir el calor de las llamaradas de los dragones.


***



    Yark corrió hacia su hermano.
    — ¡Yurk!, ¡la espada! — Gritó— ¡ábrele el estomago!
    Yurk tomó la espada, la miró pensativo y después la guardó en su vaina especial que no se calentaba.
    — ¿Qué haces? —le grito Yark.
    — Ya lo veras.
    El dragón seguía un poco atontado, estaba perdiendo sangre por el corte de la cola, Yurk se acercó hasta él y montó sobre su lomo con la soltura que sólo muchos años de práctica pueden dar. Sacó una gruesa cuerda que llevaba atada al cinturón y la amarró al cuello del dragón a modo de embocadura, apretó con fuerza y el dragón apenas opuso resistencia, el corte de la cola siempre los docilizaba, al menos de momento. 
    — ¡Hek! — gritó Yark mientras golpeaba el torso del dragón con sus piernas — ¡arriba!, ¡arriba!, Hek, Hek
    Yark lo miró sorprendido.
    — ¿Qué haces? — Le gritó — ¡es muy peligroso!
    — ¡Voy a destruir la lente del catalejo!— gritó Yurk forcejeando con el dragón, quien ahora empezaba a obedecer y movía sus alas — ¡debemos mantener la ventaja! — las alas fuertes y membranosas se movían con mayor rapidez, el vuelo era inminente. Yark se alejó, con un golpe de una de esas alas el que podía volar era él.


***


    — ¿Qué haces? — Gritó de nuevo Jordan, este juego empezaba a parecerle muy extraño — ábrele el estomago, saca la maldita llave y vámonos — una vez más, los vikingos no obedecieron.



***



    Yurk se hizo uno con el dragón, volaba por sobre la roca ahuecada, ahora el reto consistía en volar lo suficientemente cerca del espejo, para cortarlo con la espada de fuego. Después de 3 vueltas por sobre la cueva, el dragón se dejó llevar hacia la extraña placa iluminada. Yark los miraba maravillado desde el suelo, siempre era emocionante ver como cabalgaban un dragón.

    Jordan tiró el joystick a un lado del mueble, estaba muy molesto, molesto y asombrado, “quizá solo sucede porque es el último dragón” se dijo a sí mismo, “quizá es un video que se activa al matar al último dragón”. Se acercó a la pantalla del LG de 48 pulgadas para ver más de cerca.

    — Veo algo —gritó Yurk y después corrigió: — no, no es algo, es alguien— el dragón se alejó, la próxima vuelta lo haría detenerse y atacaría.
    — ¡Destrúyelo! — Gritó Yark emocionado, el sol le molestaba en los ojos y no podía ver bien — destrúyelo!

    Jordan acercó la cara a la pantalla, le parecía que los malditos gritaban algo.
    — Increíble — dijo con la cara a 20 centímetros de la pantalla.

    — Quieto —grito Yurk — hok, hok — el dragón se detuvo, aleteaba en el mismo lugar, frente al extraño espejo rectangular y la cara grande y fofa que reflejaba. Desenvainó la espada de fuego y la clavó en la extraña placa, no falló.
    — Muere secuaz de Proklo!— gritó.

    La punta de la espada salió desde dentro del televisor y quedo a 5 centímetros de su nariz, sintió el calor que emanaba de ella y fue esto lo que lo hizo reaccionar, su cabeza gritaba todo tipo de maldiciones y groserías pero Jordan sólo tuvo la cordura de soltar un ahogado “aaagghhh”.

    — ¡Muere!— gritó de nuevo Yurk atacando la pantalla del televisor de Jordan desde adentro.

    Jordan corrió a la toma corriente y desconectó el televisor y el GAMEGURD y después soltó otro “aaagghhh” al ver que el televisor y el juego seguían encendidos. Desde atrás del televisor y con una valentía que luego lo sorprendió, empujó la gran pantalla hacia adelante, al caer, la pantalla se quebró, haciendo volar trozos por todo el suelo de la sala. Jordan agarró el GAMEGURD y lo lanzó contra la pared, la luz que indicaba “ON” se apagó al estrellarse.
    Jordan corrió como nunca lo había hecho, corrió escaleras arriba lo más rápido que su gordura le permitió y en su habitación buscó unos pantalones cortos y una camiseta, bajó de nuevo las escaleras y antes de llegar a la sala le pareció escuchar un sonido metálico, como el de la punta de una espada estrellándose contra un piso de mármol, sin mirar hacia el televisor tendido en el suelo abrió la puerta de la calle y salió al porche, una vez allí se puso los pantalones cortos y corrió hacia la calle, se puso la camiseta en el camino mientras se lastimaba sus pies descalzos con las micro piedritas de la carretera.
    Cuando llegó al parque, Amparo Bermúdez seguía allí con Rocky, ella miró a Jordan y lo vio pálido, parecía que acabara de llegar de Transilvania, pensó en preguntarle si estaba bien, pero recordó los gritos que había escuchado al pasar frente a la casa del chico y decidió no hacerlo, siempre es mejor no meterse en asuntos ajenos.
    Cuando llevaba media hora sentado en una banca del parque tratando de esconder sus pies descalzos bajo la misma, Jordan se percató de que no había sacado llaves y sintió un escalofrió al pensar siquiera en esa palabra. Tendría que esperar hasta que sus padres llegaran para poder entrar en la casa, aunque, con lo que acababa de suceder, quizá no fuera mala idea no volver jamás allí.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Legítima defensa


Por: Diego Hernández Negrete.


¿Homicidio premeditado en legítima defensa?

El título de esta entrada de mi diario se debe a una pregunta que me planteé durante un proceso penal en mi contra, nunca pensé que cuidar mi patrimonio podría resultar un homicidio, sabía de antemano que existía la legítima defensa, por supuesto también conocía el término exceso de legítima defensa, tal vez mi cualidad de prevenir ante cualquier situación me han puesto hoy detrás de las rejas.

Les contaré como llegué hasta aquí, celda número trece sin ningún compañero, a pesar del sobre poblamiento en el penal las autoridades decidieron que debo estar aislado, pienso que se debe al peligro que corro al estar con homicidas de verdad.

Todo surgió cuando compré en mercado libre un paralizador eléctrico de 6.7 millones de voltios, necesitaba de algún artilugio que me protegiera ante los riesgos que se corren hoy en día con tanto pandillero suelto. No tenía como comprobar su eficacia, les soy sincero; llegué a desear que me asaltaran para probar mi nuevo juguete; primer punto, empecé a prevenirme.

Cierto día conversaba con mi hermano recién asaltado y otro colega, nos relataba cómo lo habían asaltado y lo que pasó por su mente mientras transcurría el atraco.
Decía que vio acercarse a su vehículo a un pandillero y lo primero que se imaginó es que lo asaltaría, el joven se acercó junto con otros dos y le preguntaron por una calle, mi hermano no conociendo aquella zona le dijo que no sabía, en cuestión de segundos el pandillero metió medio cuerpo hacia el coche, tomó un celular que estaba en medio del tablero y salió corriendo perdiéndose entre la multitud en un tianguis, el resto de la historia no viene al caso; segundo punto, maquinar un plan de defensa.

Sabía que a mi alrededor existían múltiples factores de riesgo a los que me exponía desde que pisaba la calle, lo único que hice fue planear mis reacciones y alertar mis instintos evitando lo peor.

Un día recorría sin rumbo fijo las calles menos transitadas y mal iluminadas de la ciudad, necesitaba relajarme, no recuerdo muy bien por qué estaba tan tenso aquel día. Me detuve en un parque y por el retrovisor divisé a un peatón que caminaba muy despacio, tenía lentes oscuros y llevaba una caja de chicles en la mano. Lo primero que pensé fue que era uno de esos vendedores ambulantes que se hacen pasar por una terrible enfermedad para vender, cuando llegó a la ventanilla de mi auto se quedó parado titubeando, imagino que estaba analizando sus probabilidades de ser detenido y el riesgo de que hubiera testigos en el parque. Se acercó tentando el carro e intentó con la otra mano picarme los ojos, lo agarré del brazo y subí la ventanilla, solo me concentré en seguir cuidadosamente mi plan, al tiempo que aplasté su brazo encendí el carro y pise al fondo el acelerador, escuché sus alaridos y vi como se arrastraba por el camino, abrí un poco la ventanilla y su cuerpo se fue hacia las llantas traseras, el auto le pasó por encima. Mi exceso ocurrió cuando le pasé de nuevo con la reversa, quería asegurarme de que no se levantara con algún arma y me hiciera daño. Tercer punto: descartar la ceguera, la duda podría ponerse en mi contra.

Minutos después llegó una patrulla y me ordenó que saliera con las manos arriba, le grité que me había intentado asaltar, no escucharon mi versión de los hechos y me esposaron sin más. Las últimas palabras que oí del oficial fueron: es él.

No pertenezco a este lugar, lleno de maleantes tatuados y pandillas re-idealizadas, por ejemplo, miembros de pandillas contrarias aquí son aliados, la mayoría de ellos están por robo y consumo de drogas.
Los que la distribuyeron en el exterior la siguen vendiendo dentro del penal y ellos conforman otro grupo.
Generalmente los homicidas están en pequeños grupos aislados, no hablan mucho y difícilmente cuentan su motivo de encierro, particularmente hay dos casos que no están ligados a ningún grupo son los llamados asesinos seriales. Uno de ellos conocido por su tatuaje de enredaderas en el brazo izquierdo jamás cruza una palabra con otro interno, se limita a observar las actividades de los demás y de vez en cuando está leyendo algún libro. Corren rumores de que mató y enterró a cinco personas en un centro comunitario religioso, otros dicen que es inocente y otra persona lo condujo a la fosa donde lo capturaron y culparon injustamente. Su rostro expresa rencor y resentimiento, Abraham me contó que le dieron cadena perpetua sin ningún tipo de beneficio.
Abraham no se considera un asesino en cadena, dice que fue un arranque de furia y no pudo controlarse, disparó a 17 personas de las cuales 9 murieron dentro de una clínica del seguro social, llevaba más de 5 horas esperando a que lo atendieran. Iba con el psicólogo a tomar una hora de Programación Neuro-Lingúistica.

Abraham es mi mejor amigo dentro de la cárcel y es un ex-militar con Trastorno de Estrés post-traumático, el mismo atribuye su locura a las actividades que realizaba en el departamento de inteligencia de la milicia, me dijo que él mismo ejecutó a 15 personas en una casa de seguridad, dijo que estaba de infiltrado en un grupo del crimen organizado que se hacía llamar los benjamines. Su objetivo consistía en dar informes periódicos sobre la ubicación de las armas, drogas etc.
Un día descubrió que tenían secuestrados a 4 familiares de un deudor, por supuesto eran inocentes y Abraham sabía que los iban a ejecutar, fue cuando actuó y mató con granadas de fragmentación a todos los maleantes que había dentro. Su comandante le dijo que dirían a los medios de comunicación que había sido un enfrentamiento, la milicia no quería dar explicaciones de por qué había un infiltrado con un grupo criminal.
Siempre charlamos con mucho interés aunque no cree que sea inocente, todo el tiempo se burla en mi cara y dice que con el tiempo flotará la verdad. A veces lo ignoro y le sigo el juego, dentro de un lugar tan peligroso hace falta parecer el malo para imponer un poco de respeto.

Últimamente voy a terapia con un doctor, he tenido sueños muy extraños, para ser más exactos pesadillas donde hay muertes. Cuarto punto: No creer en los sueños aunque parezcan reales, les llaman sueños vívidos o lúcidos.

Mi abogado dice que es un caso muy difícil, dice que uno de mis comodines para salir es la narcolepsia, habló a solas con el doctor y está muy convencido de que me sacará. No estoy muy seguro de su plan, escuché que los síntomas frecuentes de la narcolepsia son ataques de sueño, alucinaciones, somnolencia extrema etc.


Escuchar todas las víctimas de mis compañeros reos me están afectando, primero vi muerta a Juanita, nos ayuda en casa con la limpieza, en sus manos tiene una envoltura de mis bocadillos favoritos, cuando me ve se siente culpable y lleva sus manos hacia atrás, de repente siento unas ganas inmensas de arremeter contra ella, justo en ese instante despierto sudoroso. Seguro estuve hablando durante el sueño, escuché la risa malvada de Abraham. Quinto punto: metete un pañuelo al dormir.

Esta mañana fui a la enfermería y me encontré al Doctor acompañado de otra persona, se presentó como un hipnotista, me hizo firmar una carta donde estaba de acuerdo en someterme a su tratamiento como parte de la investigación de mi caso. Hizo que me acostará en el sillón de exploración, tomó mi cabeza y ordenó que me durmiera, no tuve problemas al hacerlo ya que cada dos o tres horas me daban unas ganas inmensas de dormir, debe ser por la insuficiente alimentación que recibo, últimamente me he sentido muy cansado, siento una profunda desesperanza.
Cuando desperté, detrás del hombro derecho del hipnotista vi al doctor boquiabierto, pareciera que él fuera el hipnotizado, preguntó cómo me sentía, estaba renovado, me hizo descansar lo suficiente aunque otra vez había tenido un sueño terrible. Esta vez era mi vecino, lo seguía hasta su patio trasero y le clavaba un machete en la espalda.
Aparentemente estaba furioso porque el vecino estaba espiando a mi hermana, las miradas de ambos me perturbó, el hipnotista dijo que los delirios celotípicos eran comunes en la esquizofrenia. Me quedé mudo. Sexto punto: No dejes que tu mente te engañé, las pesadillas no pueden ser parte de tu memoria declarativa.

Por la tarde seguía conmocionado, me visitó mi novia. Tenía los ojos hinchados de tanto llorar, sus ojos estaban vacíos, sus labios, párpados y cejas estaban caídas, en sus manos tenía un libro que me trajo un recuerdo, siempre le reprochaba su amistad con Damián. Le decía que no era normal que la visitara a su trabajo ni mucho menos que le regalara libros, puso su mano a través del vidrio y empezó a sollozar. Dejó el libro y se marchó. Séptimo punto: Nunca dejes que se vaya si no están las cosas bien.

Un señor güero y de bigote poblado me entrevistó, me colocó una pequeña pinza en el dedo medio, después me puso una especie de faja a la altura de los pectorales, ambos estaban conectados a un aparato que manejaba desde una portátil.
Durante todas las preguntas la gráfica que mostraba el ordenador se mantenía estable, preguntó por Juanita, mi vecino, Damián y el ciego. Al final su cara reflejaba desesperación. Finalmente me preguntó si me había drogado al menos 6 horas antes o si estaba desvelado, salió sin despedirse y vi como movía la cabeza hacia los lados cuando se le acercó el director del penal. Octavo punto: Finge estar tranquilo.

Escuché una fuerte discusión entre el Doctor y el director del penal, hablaban sobre mí. No había pruebas suficientes pero ¿De qué? Intento tranquilizarme y dormir, mañana será mi juicio.

Durante mi sueño estoy en el parque, veo por el retrovisor a un presunto ciego, en sus manos tiene una caja de chicles, un cosquilleo invade mi estómago, mi plan contra rateros debe ser puesto en práctica, cualquier mínima provocación hará que se eleve mi adrenalina, solo debo esperar a que se acerque lo suficiente. Noveno punto: acábalo.

Declaro esta entrada de diario como mi única confesión, les explico a detalle mi condición para que entiendan mi situación y me liberen lo más pronto posible, que estén conscientes de que soy inocente, soy un escritor que ansía su escritorio para trabajar.

Escuché al abogado decir que podrían declararme inimputable, me alegra oír eso y quiere decir que pronto estaré fuera, también lo escuché mencionar algo sobre un hospital psiquiátrico aunque me causó gracia, seguro hablaba de otro de sus casos, por supuesto yo no estoy loco. Compraré una nueva portátil para relatar detalladamente mi estancia en esta tenebrosa celda donde escucho voces. Décimo punto: Aceptar mi naturaleza.

Fin

sábado, 9 de noviembre de 2013

4º Especial de Sábados de Brutos Escritores


La configuración del lamento
Por Raúl Omar García.

Kirsty aferró la caja de Lemarchand con sus manos temblorosas y se recostó en la cama. Cerró los ojos y al instante se halló frente a una casa, donde unas niñas saltaban la soga en el jardín delantero al son de una canción macabra.
—Hola, perra. —La bienvenida le llegó por sorpresa, y se giró con celeridad—. ¿Me extrañaste?
La joven dibujó unas caricias con los pulgares sobre la pulida superficie de «la configuración del lamento*» y, cuando esta empezó a desmontarse, la arrojó a las manos del hombre del guante con navajas, quien se encontró, de pronto, rodeado de ganchos y cadenas; desde lejos oyó las risas de aquella puta atrevida.
Un ser con la cabeza llena de alfileres sentenció:
—Solo quieres ser maligno, letal e inmortal. Suéñalo, jamás ganarás.
—¿Tú quién eres? —preguntó Freddy Krugger.
—Yo… soy… dolor —declamó, Pinhead.
Sonriente, Freddy desafió:
—Ven por la aspirina.

*La Configuración del Lamento es un tipo de caja oriental ficticia creada por el novelista británico Clive Barker, propia de la serie de películas de la saga Hellraiser y la novela de terror del mismo nombre, escrita por Barker.
     Esta caja tiene forma cúbica, y en la misma hay que resolver un rompecabezas muy complejo. Cuando este se resuelve se produce una entrada espacio-tiempo por la que ingresan a nuestro mundo unos seres llamados cenobitas.

Leyenda
Por Juan Esteban Bassagaisteguy.

¡Pum!
El golpe sonó en medio de la noche lluviosa de Braşov, la capital del distrito homónimo de Rumania, y los ojos de Vasile se abrieron, enormes y temerosos, como dos lunas negras.
¡Blam!
Los postigos que cubrían la ventana de su habitación, en lo alto del primer piso de la casa, se abrieron de par en par con el ventarrón y él tembló más que nunca ―y no debido al frío―.
La figura del anciano apareció suspendida en el aire. Tenía el cabello recogido en un rodete canoso y vestía un traje rojo propio de otra época.
Los colmillos asomaron blancos como el marfil en la sonrisa demencial del viejo, y Vasile supo que todo lo que contaban sus amiguitos sobre Vlad Tepes y el castillo de Bran era verdad.
La oscuridad inundó sus venas cuando estallaron los vidrios del ventanal.

EFECTO 3D
Por Gean Rossi.

—Silencio que ya va a empezar —dijo Andrés.
—¡Espera! —exclamó Samantha y su hermano detuvo la película— Mami, pásame unos lentes que yo no tengo. Listo, ponle play. —concluyó la pequeña con los enormes lentes oscuros sobre su nariz.
La película empezó repentinamente, sin cortos ni créditos, ni nada por el estilo. Las cincuenta pulgadas de la tv Led 3D se vieron ocupadas por un triste campo forrado al fondo por un frondoso bosque. Lo único que resaltaba era un pozo en medio de aquel solitario y oscuro campo.
—Hijo, ¿De qué va esta película?, se ve muy extraña —comentó María.
—No lo sé, creo que es de terror, el joven de la tienda me la recomen… —Se detuvo, del pozo de la pantalla empezaba a salir una silueta negra que se iba acercando  a tropezones cada vez más.  Entre un parpadeo y otro aparecía más cerca que antes.
Lentamente la cabeza de la silueta empezaba a asomar fuera de la pantalla, seguido de sus brazos sucios y oscuros hasta salir por completo.
—¡Tremendo el efecto del 3D eh!—Exclamó el padre de la familia —Hasta pareciera que de verdad estuviera aqu…
Un parpadeo y la silueta de la chica del pozo se encontraba frente a ellos. Rápida y silenciosa como sólo la muerte puede ser. No les dio tiempo de gritar, de pensar, ni de darse cuenta de lo que estaba pasando. Simplemente se limitaron a disfrutar el efecto del 3D mientras la oscuridad inundaba sus vidas.

La última habitación
Por Esteban Di Lorenzo.

El pasillo es lo único que me separa de mi destino, mejor dicho el cuarto de maquinas. 
Revisé toda la nave, solo me queda marchar hacia la puerta. Camino aferrando mi fusil. Necesito dejar de ser la presa de este monstruo.
Al acercarme, la puerta se abre deslizándose hacia un costado. La oscuridad deja de estar inmóvil y de ella sale un cráneo enorme, el mas grande que vi desde el abordaje de estos “pasajeros”. La cabeza parece estar formada por huesos haciendo una corona ¡SU REINA!. Disparo hacia la extraterrestre pero es inútil, las balas solo hacen rasguños en su coraza.
La velocidad de su garra me sorprende y me arranca el ultimo suspiro de aire, me sostiene del cuello en alto, casi toco el techo, no puedo gritar... solo me queda pensar:
«No pude matar a su reina, el derroque va por mi cuenta»

SMS desde el infierno
Por Sergio Bona.

Mi buen Doctor Lecter:

Sigue costándome aparecer delante de un espejo siempre que un idiota pronuncia mi nombre cinco veces. Si, si, lo se Doctor, es mi carga, forma parte de mi maldición. Sé que me dijo que tenía que aceptar mi rol en el papel del universo. No luchar, dejarme llevar por mi naturaleza. Pero cuando veo sus imbéciles caras con la única motivación del morbo, o peor aún, azuzados por el alcohol...pierdo el control. Y entonces mis manos-ganchos comienzan a hablar por mí. Y me detesto. Mis manos son pinceles de mi alma, podría dar tanto amor con ellas. Odio matarlos de esa manera. ¿ Me puede sugerir mi buen amigo, algún sustituto para proporcionarles una muerte agónica, desmembramiento, ojos fueras de sus órbitas,etc... pero sin utilizar mis manos-ganchos?
Gracias mi buen Doctor.
Atentamente su amigo Candy.